32 ideas para reducir el desperdicio alimentario en los comedores escolares
Una tercera parte de los alimentos que se producen en el mundo para el consumo humano se desperdicia a lo largo de la cadena alimentaria. Esto supone un total de 1.300 millones de toneladas de comida al año, un 25% de las calorías producidas.
El Proyecto de Ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario cuenta con una serie de obligaciones y recomendaciones para prevenir y reducir el desperdicio alimentario. Algo que también van a tener que cumplir los comedores escolares.
En este artículo vamos a compartirte múltiples consejos para reducir el desperdicio alimentario en un comedor escolar desde distintas áreas y ámbitos.
Pero ¿por qué aplicar medidas para minimizar el desperdicio en un comedor escolar?
Minimizar el desperdicio alimentario en un comedor escolar tiene múltiples beneficios:
- Beneficios ambientales: al minimizar el desperdicio, se reduce el impacto ambiental y la pisada ecológica del comedor.
- Beneficios económicos: promover una gestión eficiente del comedor te ayudará a ser más rentable y ahorrar costes tanto en materias primas, como en consumo de energía y también en la gestión de residuos.
- Beneficios sociales: donar aquellos alimentos que sobren y sigan siendo aptos para el consumo te permitirá ayudar a los colectivos más desfavorecidos y aportar valor social a la comunidad del centro educativo.
¿Qué se entiende por "desperdicio alimentario" en los comedores escolares?
Cuando hablamos de desperdicio alimentario en un comedor escolar, nos referimos a aquellos alimentos, crudos o cocinados, que no llegan a ser ingeridos por los comensales y que terminan en la basura porque, o bien se han puesto malos, o bien no se han aprovechado correctamente o no se han consumido por distintos motivos.
Es importante tener en cuenta que esto hace referencia a las partes comestibles. Es decir, un alimento que se ha quemado mientras cocinábamos o los restos de comida que deja un alumno en el plato sí se consideran desperdicio alimentario; pero, por ejemplo, la cáscara de una naranja o los huesos no se consideran desperdicio alimentario.
Según el estudio Hacia sistemas alimentarios más sostenibles. Reduciendo el desperdicio alimentario en los comedores escolares, por cada menú que se sirve en un comedor escolar, se desperdician entre 60-100 g de comida (entre cocina y comensales).
Acciones para prevenir y reducir el desperdicio alimentario en los comedores escolares
Diseño y planificación del menú
1. Además de contar con especialistas en nutrición, es bueno que preguntes de vez en cuando al alumnado cuáles son sus platos favoritos para poder diseñar un menú más acorde a sus gustos.
2. Combina en un mismo día aquellos platos que veas que gustan más alumnado con aquellos que no suelen gustar tanto.
3. Diseña los menús teniendo en cuenta el valor nutricional pero también que los potenciales excedentes vayan a poder aprovecharse sin peligro.
Gestión precisa del stock
4. Lleva un control del stock lo más preciso posible para evitar comprar más de lo que necesitas (ni tampoco menos). Para ello es muy útil contar con una herramienta para automatizar el control del stock y garantizar así que los productos y cantidades se actualizan automáticamente cada vez que recibes los pedidos o que utilizas las materias primas para elaborar los menús.
Compra de materias primas
5. Compra alimentos cuya fecha de caducidad no sea muy justa. Para ello, es fundamental que antes realices una buena planificación de los menús.
6. Presta atención especialmente a los alimentos perecederos, como frutas y verduras. Es mejor que no estén en un punto de madurez avanzado.
Recepción de los pedidos
7. Si están en buen estado, no descartes frutas o verduras "feas", con formas no convencionales o manchas.
8. Coloca rápidamente aquellos productos que necesiten refrigeración para no romper la cadena de frío.
Almacenaje y gestión del stock
9. Almacena y guarda correctamente los alimentos y las materias primas para evitar que, por ejemplo, se sequen o se ablanden. Además, esto te ayudará a prevenir posibles contaminaciones alimentarias en los comedores escolares y poner en riesgo al alumnado.
10. Haz una buena rotación de los alimentos, por ejemplo, llevando a cabo el método FIFO (lo primero en entrar es lo primero en salir).
11. Asegúrate de que los equipos de refrigeración funcionan correctamente para que no se rompa la cadena de frío y tengas que acabar tirando la comida. Para ello es muy recomendable contar con una solución que permita automatizar un mantenimiento periódico de los equipos y maquinarias, lo que a la vez te evitará también averías o tener que parar la actividad.
Manipulación y preparación
12. Adapta al máximo el formato de los alimentos a la edad de los comensales para que dejen el mínimo de comida posible.
13. Utiliza fichas de recetas para garantizar los gramajes y las porciones son las adecuadas, así como que se siguen adecuadamente los pasos y los tiempos para una correcta elaboración de los platos. De esta forma evitarás, por ejemplo, que las legumbres queden crudas, que se queme el pescado, etc.
14. En caso de servir alimentos que no sean “de una pieza”, adapta las porciones a los grupos de edad, como por ejemplo la sandía.
15. Evita aliñar las ensaladas en las bandejas con mucha antelación. Así estarán en el punto óptimo para consumirlas y, en caso de que haya varios turnos, aquella ensalada que no se acaben en el primer turno podrá servir en el siguiente.
16. Intenta aprovechar al máximo todas las partes de los productos. Por ejemplo, los trozos más feos de verdura para hacer cremas o sopas, el troco del brócoli, etc.
17. Aplica estrategias para aprovechar los restos de comida que no se han consumido para otras preparaciones.
18. Envasa al vacío o en abatidor los restos de comida para alargar su vida útil, siempre siguiendo por supuesto las normas de higiene y seguridad.
Servir la comida
19. Evita servir pan por sistema. Es mejor que los estudiantes puedan escoger si quieren pan o no.
20. En caso de que optes por siempre servir pan, ajusta la cantidad según el menú del día. Por ejemplo, posiblemente cuando se sirven platos con salsas se tiende a comer más pan que con aquellos platos que no.
21. Presta atención a la hora de presentar los platos para que resulten atractivos a ojos de los alumnos, especialmente aquellos que normalmente gustan menos.
22. Fomenta que el alumnado participe en el emplatado y que sean ellos y ellas quienes gestionen sus propias raciones (siempre con la supervisión y ayuda de los monitores o responsables).
Espacio del comedor escolar
23. Mantén el espacio del comedor limpio y ordenado para que comer en él resulte una experiencia agradable. De esta forma, los alumnos no tendrán tanta prisa para marcharse.
Concienciar y formar al personal y al alumnado
24. Asegúrate de formar al personal del comedor escolar según su rol: prevención del desperdicio alimentario en la elaboración de los menús, a la hora de gestionar el stock, los monitores y monitoras que están en contacto directo con el alumnado, etc.
25. Establece reuniones periódicas con todo el personal para evaluar el seguimiento de las estrategias de prevención del desperdicio alimentario.
26. Pide a los monitores del comedor escolar que te ayuden a transmitir los beneficios de comer de forma saludable y variada a los estudiantes, así como que les conciencien sobre la importancia de reducir el desperdicio alimentario.
27. Propón al centro educativo que se la alimentación saludable y la prevención del desperdicio alimentario se incluyan en el programa educativo.
Comunicación constante con el centro
28. Mantén una comunicación constante y fluida con el centro para saber cada día el número exacto de alumnos a los que hay que prestar servicio; así como si hay alguna salida, festivo, etc. que afecte al número habitual de comensales y menús.
Donación de alimentos
29. Diseña un plan para donar los alimentos sobrantes que estén en buen estado a asociaciones u organizaciones sin ánimo de lucro, como comedores sociales, bancos de alimentos, etc.
Gestión de residuos
30. Separa correctamente los residuos tanto en el comedor como en la cocina. Para ello es importante disponer de los cubos necesarios.
31. Involucra al alumnado en la separación de los restos del plato o bandeja.
32. Calcula y mide el desperdicio alimentario que se genera tanto en la cocina como en el comedor. Easilys Collective cuenta con unos indicadores que muestran el desperdicio en cada una de las fases de producción y te ayuda a identificar los costes que podrías evitar y cuándo.
La importancia de contar con un plan de acción contra el desperdicio alimentario
Recuerda que es muy importante diseñar y aplicar un plan de acción para prevenir y reducir el desperdicio alimentario en los comedores escolares.
Es imposible mejorar aquello que no se mide. Por eso, es esencial hacer un análisis inicial del desperdicio que se realiza en cada fase, y posteriormente ir monitorizando los resultados una vez en plan está puesto en marcha. De esta forma podrás tomar mejores decisiones y reajustar las prácticas o acciones cuando y donde sea necesario.
Si estás buscando una herramienta que te ayude a reducir el desperdicio en los comedores escolares, clica aquí.