¿Por qué los jóvenes no quieren trabajar en tu restaurante (y cómo cambiarlo)?

Entender a las nuevas generaciones no siempre es fácil. Muchas veces, desde los equipos de dirección o recursos humanos, parece que se hablen idiomas distintos.

Lo que antes se valoraba —estabilidad, jerarquía, antigüedad— ya no tiene el mismo peso. Y eso nos desconcierta.

Pero si queremos que los jóvenes apuesten por la hostelería, hay algo que debemos hacer primero: escuchar y comprender qué buscan realmente en un empleo.

No se trata de adaptarse a todo, pero sí de construir entornos que les resulten atractivos, coherentes y sostenibles.

¿Qué valoran realmente los jóvenes?

Para esta nueva generación, un trabajo no es solo una fuente de ingresos. Es también una parte importante de su vida, de su identidad y de sus valores. Por eso, ya no basta con ofrecer un contrato: hace falta ofrecer una experiencia laboral que tenga sentido para ellos.

Uno de los aspectos que más pesa es el equilibrio entre vida personal y trabajo. Los horarios rígidos o los turnos eternos sin descanso son cada vez menos tolerados. Prefieren flexibilidad y respeto por su tiempo.

El salario justo sigue siendo una prioridad. Si la percepción es que la hostelería no compensa el esfuerzo, difícilmente se plantearán un futuro en ella.

También quieren saber que pueden crecer. Es decir, que existe un camino dentro de la empresa, con formación, promoción y oportunidades reales.

Y, por supuesto, les importa el ambiente de trabajo. Un buen equipo, un liderazgo cercano, una cultura de respeto. Parece básico, pero sigue siendo uno de los grandes motivos por los que muchos cambian de empleo… o directamente no entran.

Además, buscan empresas que se parezcan a ellos en lo que piensan y creen. La sostenibilidad, la inclusión o el cuidado del bienestar emocional son temas que valoran, y que pueden inclinar la balanza entre una empresa u otra.

El contexto en España: luces y sombras

El sector de la hostelería vive un momento dulce en cuanto a cifras. En 2024:

  • Se superó el récord histórico con 1,84 millones de personas empleadas.
  • Las mujeres representaron el 54,3% de la plantilla.
  • Pero casi la mitad de los trabajadores tienen más de 45 años.

Este último dato es especialmente importante. Nos dice que hace falta renovar plantillas, y que la hostelería necesita conectar, sí o sí, con nuevas generaciones.

Cómo hacer que los jóvenes quieran trabajar contigo

Aquí es donde muchas empresas marcan la diferencia. No hace falta ser una gran cadena para resultar atractivo: lo importante es tener una propuesta clara, coherente y humana.

Algunas ideas clave:

  • Ofrece condiciones que tengan sentido hoy. Sueldos acordes al nivel de exigencia, descansos reales, beneficios que impacten y estén adaptados a sus necesidades personales (seguro médico, días personales, incentivos…).
  • Muestra lo que se vive dentro. Usa redes sociales para enseñar cómo es el ambiente, cómo se trabaja, cómo se celebra. Un perfil auténtico en Instagram o TikTok puede ser más eficaz que una entrevista formal.
  • Invierte en desarrollo profesional. No basta con decir que hay oportunidades. Hay que mostrar cómo. ¿Qué formación das? ¿Qué personas han crecido en la empresa?
  • Haz de la diversidad una realidad. Equipos inclusivos, respeto por distintas culturas, igualdad real entre hombres y mujeres, y liderazgo diverso. No como discurso, sino como práctica.

Y, sobre todo, no olvides lo que hace única a la hostelería: es un sector vivo, dinámico, lleno de posibilidades. Hay contacto humano, oportunidades de viajar, variedad constante. Eso no lo tienen todos los sectores.

Desafíos que siguen ahí: jóvenes y hostelería

No todo es fácil, claro. La percepción de bajos sueldos sigue siendo uno de los grandes frenos. Y aunque el sector ha evolucionado mucho, todavía queda trabajo por hacer en cuanto a condiciones, profesionalización y reconocimiento.

También hay desconocimiento sobre la variedad de perfiles que existen. Pocos jóvenes imaginan que pueden trabajar en hostelería desde el marketing, las finanzas o la tecnología. Hay que contarlo más.

Y también oportunidades

Lo bueno es que hay margen para cambiar esa percepción. Y hay jóvenes con ganas, ideas y energía esperando una oportunidad para demostrarlo.

El talento joven puede transformar la experiencia del cliente. Puede traer digitalización, nuevas formas de comunicar, ideas frescas. Solo hay que darles el espacio y las condiciones adecuadas.

Conclusión

La hostelería tiene muchísimo que ofrecer. Pero para que los jóvenes quieran quedarse, hay que dejar de pensar en cómo eran las cosas antes y empezar a diseñar cómo queremos que sean ahora.

No se trata de cambiarlo todo. Se trata de escuchar, adaptar y evolucionar.

Si lo hacemos bien, no solo atraeremos talento joven: construiremos equipos más sólidos, diversos y preparados para el futuro.