¿Cuánto cuesta abrir un restaurante? Consejos para invertir sin arrepentirse (II)

No te pierdas la segunda parte de nuestro análisis sobre los gastos necesarios que debemos tener en cuenta a la hora de abrir un restaurante o bar, con unos consejos muy útiles para que no tires la toalla.

Hace unos días resaltábamos en la primera parte de este análisis, lo importante que es contar con un importe más o menos planificado a la hora de inaugurar un local, así como tener muy meditada la idea para que la apertura resulte todo un éxito, si es que, una vez calculados los gastos, definitivamente nos animamos a poner en marcha nuestro proyecto.

La semana pasada empezamos por la parte más peliaguda, es decir, hablando de la elección del local, del precio por las licencias de apertura y actividad, y del pico que conlleva el acondicionamiento y las obras que debamos llevar a cabo para convertirlo en un nuevo negocio de restauración.

Sin embargo, aquí no queda la cosa. Debemos pensar también en otra serie de elementos como los suministros, el mobiliario y enseres, el personal o la tecnología que nos ayudará a gestión, tanto para arrancar, como para el día a día de nuestro negocio. Sigamos sumando…

 

Desde la tecnología hasta la decoración, y mucho más… 

 

1. Tecnología punta para una buena gestión desde el principio

Si queremos empezar con buen pie, debemos hacernos con el control de todos y cada uno de los puntos que conforman un negocio de este tipo. Por ello hay que tratar de elegir el mejor sistema adaptado a nuestras necesidades, y sin duda merece la pena invertir un poco más desde el principio. Está comprobado que las soluciones de tecnología de gestión de restauración organizada nos van a hacer nuestro día a día mucho más fácil, y cómo no, nos ayudarán a gestionar toda la parte previa hasta la puesta en marcha. Debemos sacarle el máximo partido.

Podremos ir registrando los gastos iniciales y organizando aquella parte del personal que deba estar desde un inicio (por ejemplo, un director ejecutivo que deba controlar toda la obra y reforma del establecimiento, así como algunos camareros que deban estar activos durante los días previos a la apertura oficial para colocar género, y ultimas detalles antes de la inauguración). Por otro lado, también debe incluirse dentro del presupuesto inicial un TPV de control de comandas y arqueo de caja. Evitará que nuestro personal se dé más de un paseo innecesario. 

 

2. Los suministros  

Siguiendo con el análisis de Eva Ballarín, estos gastos, estima la experta, suponen nada menos que entre un 10 y un 15% del presupuesto de gastos fijos al mes. El consumo de los recursos energéticos ha subido de forma desmesurada en los últimos años, y la media de cada factura por luz o gas puede ascender desde los 900, hasta los 3.000 euros al mes. Como veréis, es para tenerlos muy en cuenta.

Pero además de la luz, el agua, internet, o el gas para un restaurante, debemos tener en cuenta la contratación de un buen seguro que nos permita estar cubiertos ante posibles siniestros y por responsabilidad civil a terceros.

 

3. El mobiliario y la decoración

En esta parte también se va una buena parte del presupuesto. El mobiliario debe ir de la mano de las obras de acondicionamiento. Concretamente el importe y los gastos dependen de la calidad de los muebles y adornos que elijamos.

Debe estar acondicionado y en consonancia con el concepto de restaurante o bar que se va a montar, y ante todo debemos pensar en la comodidad y en unas calidades mínimas para garantizar la seguridad de los clientes.

Descartemos mesas o sillas cojas o inseguras, por ejemplo. Algunos aspectos como la iluminación también cuentan y cambian toda la perspectiva. Asegúrate de que aportan el ambiente ideal o perfecto. Si se opta por un presupuesto más ajustado en esta parte, se puede renovar en cualquier momento a medida que se va haciendo caja.

 

4. Equipamiento de cocina

Está claro, un restaurante sin cocina, prácticamente no se concibe. Uno de los secretos del éxito de cualquier establecimiento de restauración está sin duda en el laboratorio, que es la cocina. Si el local es virgen, invirtamos en un buen equipamiento, mejor, de lo último en el mercado. A la larga nos ahorrará mucho trabajo.

Este se debe adaptar al tipo de comida que sirvamos, y tiene que contar con maquinaria industrial y especializada (campana extractora de humos industrial, mesa de trabajo, horno, salamandra, etc.). El precio varía en función de si adquiriere nueva, o de segunda mano. Con montaje incluido se puede estimar en una media entre 6.000, hasta 7.500 euros. Además, encarecerán el presupuesto las cámaras frigoríficas, lavavajillas, las batidoras o los robots de cocina.

 

5.  El menaje y resto de enseres para el restaurante

Este punto comprende las vajillas, vasos, copas, cubiertos, ollas y recipientes, material de cocina, productos de limpieza, etc., hasta los manteles, cartas de menús para las mesas o los uniformes del personal. Pensemos en realizar una inversión de 1.500 euros mínima, previendo que hay que reponer de forma periódica y constante, ya que son utensilios que tienen mucho uso a diario.

 

6. Gastos de personal. Las nóminas y seguros sociales

Para la parte de gastos por personal, mejor tener una buena hucha. Los seguros sociales encarecen bastante la nómina de cada miembro del equipo, y tenemos que contar con un remanente que cubra las necesidades de cada mes, especialmente al principio, coincidiendo con la apertura.

También debemos contar con la parte de autónomos. Si es la primera vez, como esta parte la suele llevar la gestoría que contratemos, lo más seguro es que nos informe sobre los descuentos existentes para nuevas altas. Los seis primeros meses el coste son 50 euros, y los sucesivos con la cuota general, unos 250 euros.

Un buen consejo es que incluyas tu sueldo dentro de los gastos. Al menos al principio, quizá tengas que apretarte el cinturón y cubrir tus facturas y gastos mínimos personales, pero nunca los cubras tirando de la caja diaria… ¡Eso es un error muy grande!

 

7. Stock de comida

Aunque la comida y la bebida se incluye como un gasto variable (que se suele llevar nada menos que entre el 30 y el 40% de la facturación), especialmente al principio, deberás tener en cuenta que el primer pedido de comida y bebida será un poco más elevado que los sucesivos.

Estamos empezando y deberemos añadir a la lista algunos productos de inicio, que después no tendremos que comprar mensualmente (especias u otros no perecederos, por ejemplo). Aquí la elección de los proveedores es determinante. Hay que analizar la calidad de su servicio. A veces pagar un poco más merece la pena si la calidad y entrega es óptima y segura.

 

8. El remanente de “por si acaso no llegamos”

Por último, es importante dejar la cuenta bancaria con el saldo positivo y una cantidad lo suficientemente solvente como para afrontar posibles gastos inesperados. Así podremos tener cierta tranquilidad y capacidad de maniobra en determinados momentos críticos, hasta que se vaya haciendo caja y veamos como fluye el negocio.

Sin duda, como se puede comprobar, montar de cero un restaurante no es cualquier cosa, pero una buena planificación de gastos es fundamental. Y no dejes de contar con todas las ayudas disponibles para hacer tu sueño realidad.