Preguntas y respuestas sobre la Ley de prevención del desperdicio alimentario en hostelería

Desde hace pocas semanas ya está en vigor la Ley 1/2025, de prevención de las pérdidas y el desperdicio alimentario, que afecta directamente al sector de la restauración.

Si gestionas un restaurante, formas parte de una cadena o simplemente quieres saber qué exige esta norma, aquí te explicamos los puntos clave de forma clara, práctica y sin tecnicismos.

1. ¿Tengo que hacer un plan para reducir el desperdicio alimentario?

En algunos casos, sí.

  • Estás obligado a tener un plan de prevención del desperdicio alimentario si tu restaurante (o la suma de varios locales que operan bajo el mismo NIF) supera los 1.300 m².
  • También tendrás que hacerlo si tu negocio no se considera una microempresa, es decir, si tienes más de 10 empleados o una facturación anual superior a 2 millones de euros.

Este plan debe estar por escrito y servir como guía para evitar que se tire comida en buen estado.

Para ello, debe seguir una jerarquía establecida por la ley: primero prevenir, luego donar, después destinar a otros usos y, como último recurso, compostar.

No se trata solo de cumplir con una norma: es una herramienta para organizar mejor las compras, el servicio y la gestión de excedentes.

2. ¿Qué debe incluir ese plan?

Aunque la Ley de Prevención del Desperdicio Alimentario no exige un formato cerrado ni un documento técnico, sí establece una serie de contenidos mínimos.

Lo fundamental es que expliques cómo planificas tus compras y procesos para evitar excedentes, qué haces con la comida que no se ha servido pero está en buen estado, y de qué manera aplicas la jerarquía de prioridades que marca la norma.

Si colaboras con entidades sociales para donar alimentos, también deberás indicar con quién trabajas, cómo lo haces y cómo garantizas la trazabilidad y la seguridad alimentaria.

Además, el plan debe contemplar el papel del personal: cómo se forma al equipo y qué medidas se aplican internamente para reducir el desperdicio (como ajustar las raciones, facilitar tápers, o conservar correctamente los productos).

Algunos negocios también optan por incluir objetivos de mejora o un sistema de seguimiento, aunque esto no es obligatorio por ley. Sí es recomendable, sobre todo si quieres ir más allá del cumplimiento mínimo.

3. ¿Hay alguna plantilla o ejemplo que pueda usar?

De momento, no. La Ley de Prevención del Desperdicio Alimentario indica que las administraciones públicas deberán elaborar guías y materiales de apoyo, pero aún no hay una plantilla oficial publicada.

Mientras tanto, puedes encontrar ejemplos en línea creados por asociaciones del sector, consultorías o entidades sin ánimo de lucro que trabajan en sostenibilidad alimentaria.

4. ¿Estoy obligado a donar los alimentos que no vendo?

Sí, en determinados casos. Si estás obligado a tener un plan de prevención y generas excedentes que siguen siendo aptos para el consumo, la ley exige que promuevas acuerdos o convenios con entidades sociales, ONG o bancos de alimentos para donarlos. Esta parte debe estar contemplada dentro del plan.

Ahora bien, si donar no es posible (por ejemplo, porque no hay entidades disponibles en tu zona o no cuentas con los medios logísticos necesarios) deberás justificarlo por escrito y aplicar el siguiente paso de la jerarquía: destinar esos productos a alimentación animal, transformación en otros productos o compostaje, siempre que sea viable.

5. ¿Tengo que dejar que los clientes se lleven la comida que no han consumido?

. La Ley de Prevención del Desperdicio Alimentario obliga a todos los restaurantes a facilitar que el cliente se lleve la comida que no ha consumido, siempre que no se trate de un servicio tipo bufé libre.

Además, también estás obligado a informar de esta posibilidad de forma clara y visible. Una buena forma de hacerlo es incluirlo en la carta o el menú.

No puedes pedir que el cliente traiga su propio recipiente. Eres tú, como establecimiento, quien debe proporcionar el envase, que debe ser apto para uso alimentario.

Si el envase es de plástico de un solo uso, la ley exige que se cobre.

En el resto de casos, no se especifica si debe cobrarse o no, aunque lo recomendable es incluirlo dentro del servicio o, si se cobra, hacerlo de forma simbólica y con información clara.

6. ¿Me pueden sancionar si no cumplo?

Sí. La Ley de Prevención del Desperdicio Alimentario contempla un régimen sancionador con tres niveles de infracciones: leves, graves y muy graves.

No tener un plan obligatorio, tirar comida en buen estado de forma intencionada, impedir la donación o reincidir en incumplimientos pueden conllevar multas.

  • Las infracciones leves pueden suponer sanciones de hasta 2.000 euros.
  • Las graves van de 2.001 a 60.000 euros.
  • Y las muy graves pueden alcanzar los 500.000 euros.

 En algunos casos, especialmente si se trata de una infracción leve, la administración puede darte un plazo para corregir el problema antes de imponerte una sanción formal.

7. ¿Hay ayudas o incentivos para cumplir la ley?

La Ley 1/2025 no contempla ayudas automáticas por cumplir.

Sin embargo, anima a que las administraciones (Estado, comunidades autónomas o ayuntamientos) pongan en marcha medidas de apoyo.

Esto puede incluir formación técnica, asesoramiento, programas piloto o subvenciones para aplicar buenas prácticas.

En la práctica, esto dependerá de cada territorio. Por eso, conviene estar atento a convocatorias públicas o contactar con tu ayuntamiento o asociaciones del sector para informarte de qué puede estar disponible en tu zona.

8. ¿Cómo sabrán si estoy cumpliendo?

La Ley de Prevención del Desperdicio Alimentario establece que se desarrollarán planes nacionales y autonómicos de seguimiento y control.

Eso significa que podrías recibir inspecciones o requerimientos de información por parte de la administración.

Si estás obligado a tener un plan, también estás obligado a colaborar con las autoridades cuando te soliciten información sobre tu gestión del desperdicio alimentario.

Tener todo por escrito y actualizado te ayudará a estar preparado.

Conclusión

La Ley de Prevención del Desperdicio Alimentario no solo es una norma que debes cumplir: es una invitación a mejorar cómo gestionas tus recursos, reducir costes innecesarios y mostrar tu compromiso con una restauración más responsable.

Si estás obligado a tener un plan, el primer paso es redactarlo, aunque sea de forma sencilla.

Y si no lo estás, aplicar buenas prácticas ya no es una cuestión opcional: es parte del servicio que espera cada vez más clientela… y también las administraciones.