4 categorías de foodservice que deberías tener en el radar
La hostelería en España está cambiando. Tras años de adaptación a nuevas normativas, hábitos de consumo y escenarios económicos complejos, el sector afronta 2025 con más competencia, más canales de venta y un cliente más exigente.
En este contexto, hay algo que todos los negocios —desde los grupos de restauración más grandes hasta los locales independientes— deberían preguntarse: ¿estamos atentos a las categorías que de verdad están creciendo?
Detectar y adoptar a tiempo las tendencias de producto y consumo puede marcar la diferencia entre liderar tu mercado… o quedarte atrás. Estas son las cuatro categorías de foodservice con mayor proyección según los datos internacionales y su aterrizaje en el mercado español.
1. Marcas de bebidas jóvenes y en expansión
Durante décadas, las bebidas han sido un complemento. Hoy, muchas marcas están demostrando que también pueden ser una razón para elegir un local.
Las llamadas marcas de bebidas medianas y emergentes están creciendo de forma acelerada gracias a su capacidad para conectar con consumidores que buscan salud, diseño, sostenibilidad e innovación.
En España, su implantación es cada vez más evidente en cartas, lineales y, sobre todo, en la hostelería moderna.
¿Qué caracteriza a estas marcas?
- Innovación sin complejidad: sabores inesperados (kombucha con fruta tropical, sodas botánicas, aguas minerales funcionales), formatos prácticos y productos listos para beber que no requieren formación del personal ni procesos adicionales.
- Narrativa con propósito: utilizan storytelling, diseño atractivo y compromiso ambiental/social como palancas de conexión con el cliente.
- Canales mixtos: muchas tienen venta directa, presencia en supermercados premium y distribución horeca. Esto ayuda a generar visibilidad previa y percepción de marca consolidada.
¿Por qué importa para tu negocio?
- Aumentan el ticket medio sin complejidad operativa.
- Atraen a públicos jóvenes y conscientes, especialmente en entornos urbanos y turísticos.
- Mejoran la diferenciación frente a la competencia sin necesidad de rediseñar la cocina.
- Se integran bien en modelos de restauración híbrida (take away, delivery, eventos).

2. Hot chicken: una categoría picante… y muy rentable
El pollo frito es una categoría consolidada. Pero el hot chicken le ha dado una nueva vida, con más personalidad, estética, storytelling y opciones de producto.
Originado en Nashville, este plato ha crecido en EE. UU. con fuerza gracias a su sabor intenso, su estética “foodie” y su capacidad para viralizarse.
En España ya están apareciendo conceptos inspirados en esta categoría (algunos de ellos con muy buenos resultados) en formato dark kitchen, food trucks o restaurantes urbanos casual.
¿Qué hace que el hot chicken sea una categoría en sí misma?
- Nivel de picante personalizable: menús donde el cliente elige la intensidad (de suave a “para valientes”).
- Formato instagrameable: sándwiches rebosantes, cajas de tenders con toppings, packaging cuidado.
- Alto margen y rotación: ingredientes económicos, cocina sencilla, con fuerte rotación si se comunica bien.
- Capacidad de extensión: desde el producto central se puede construir un menú completo con sides, bebidas, salsas especiales, etc.
Cómo adaptarlo a España:
- Utilizar ingredientes locales (pollo de corral, panes artesanos, aceites de calidad).
- Añadir un giro “mediterráneo” en toppings o sides.
- Testar primero en canales de delivery y take away, con una marca propia.

3. Sabores asiáticos en evolución: entre lo exótico y lo funcional
Asia lleva años marcando tendencias en alimentación. Pero lo más interesante no es solo el sushi o el ramen, sino las nuevas categorías que combinan salud, funcionalidad y digitalización.
En ciudades como Seúl o Tokio, se están popularizando bebidas y platos listos para consumir que integran ingredientes como matcha, cúrcuma, jengibre, alga espirulina, tapioca, chía o flor de hibisco. Y lo hacen en formatos atractivos, de consumo ágil y altamente compartibles en redes sociales.
¿Está preparado el mercado español?
- Sí, si hablamos de salud: kombuchas, tés fríos, smoothies y bebidas vegetales están en alza en España.
- Sí, si hablamos de diseño y experiencia: el consumidor está abierto a probar nuevas propuestas si vienen acompañadas de una presentación cuidada y una narrativa clara.
- No del todo, si hablamos de rapidez extrema (quick commerce): aunque el entorno delivery y Q-commerce crece, aún no está al nivel de Asia. Pero esto también representa una oportunidad.
¿Qué pueden hacer los negocios de restauración?
- Introducir bebidas funcionales o snacks inspirados en Asia en sus cartas como productos diferenciales.
- Explorar fusiones: ramen con producto local, bowls de arroz con sabores mediterráneos, bubble teas con frutas de temporada.
- Colaborar con marcas emergentes de bebidas para crear experiencias gastronómicas completas y saludables.

4. Cocina de la nostalgia: lo de siempre, pero con un twist
Pocas cosas generan más conexión que un plato que nos lleva a la infancia. Pero no hablamos solo de tortilla de patatas o croquetas. La reinterpretación moderna de platos tradicionales está funcionando porque mezcla lo mejor de dos mundos: cercanía emocional y aspiracionalidad culinaria.
¿Por qué es tendencia (y lo seguirá siendo)?
- Aporta identidad y diferenciación local, algo muy valorado tanto por turistas como por locales.
- Tiene un impacto positivo en sostenibilidad y producto de proximidad.
- Activa la memoria afectiva del consumidor, que asocia estos platos a momentos felices.
- Se integra muy bien en estrategias de carta estacional y storytelling gastronómico.
Ejemplos reales en España:
- Croquetas líquidas, reinventadas por chefs jóvenes.
- “Bocata de calamares 2.0”, con pan artesano y alioli de kimchi.
- Flan de huevo con texturas, en versión gourmet.
- Platos clásicos como cuchareo o arroces, servidos en formato tapa.
¿Cómo aplicarlo?
- Elige 1-2 platos clásicos y revísalos: técnica, presentación, ingredientes.
- Comunica la historia del plato: de dónde viene, qué lo hace especial.
- Crea una categoría específica en carta: “Los de toda la vida”, “Recetas de la abuela”, “Tradición en versión actual”…

Conclusión: no es solo seguir la tendencia, es interpretarla
El consumidor español no busca solo lo último, sino lo que tiene sentido para su estilo de vida. Por eso, estas cuatro categorías no son modas, sino señales claras de hacia dónde va el sector: más saludable, más experiencial, más conectado emocionalmente y más abierto a sabores del mundo.
Tanto si diriges un restaurante de barrio como una cadena con varios locales, detectar qué tendencia puede encajar con tu identidad de marca y tu operativa será clave para innovar sin perder autenticidad.